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Café fresco en grano o molido

Despachamos todos los pedidos de café con menos de 10 días de tueste. Para las compras de café molido, la molienda de los granos es realizada al momento de efectuada la compra. De esta manera aseguramos que el café llegue fresco y en un empaque hermético que lo conserva en excelentes condiciones.

Café orgánico: una guía sobre cultivo sustentable

recolección de frutos de café

Los productos orgánicos están en boca de todos. Desde hace algunos años que hay una tendencia en los consumidores en elegir aquellos artículos de elaboración ecológica, libres de sustancias sintéticas.

Esta consciencia de parte de los usuarios tiene dos fundamentos básicos. Por un lado, la preservación de la salud: no ingerir alimentos que pudiesen resultar dañinos por la presencia de agroquímicos, como los pesticidas. Y, por otro lado, incentivar un modelo sustentable que limite la contaminación y proteja al medio ambiente.

Tener la garantía de que un producto es orgánico nos brinda una información fundamental. Pero la realidad es que el valor de un producto no puede medirse únicamente en base a esta escala, ya que hay otros factores en juego detrás de su etiqueta. En el caso del café esto se ve con claridad.

Cuando hablamos de materia prima agrícola debemos tener en cuenta la situación particular de crecimiento de cada producto. Muchas veces vamos a encontrarnos con cooperativas, empresas familiares, pequeños grupos de personas que se encargan de la producción, pero no tienen el nivel adquisitivo para acceder a ciertos beneficios, como podría ser la certificación orgánica.

Certificación orgánica

Al hablar de café orgánico nos referimos específicamente a la instancia del cultivo de las plantas, y también en menor medida a su procesamiento, donde no debe involucrarse ningún tipo de agregado artificial. Los granos de café aptos para consumo no deben tener ningún otro aditivo en las etapas posteriores.

Existen varias organizaciones que regulan la actividad agrícola en términos sustentables y controlan que se cumplan ciertos estándares y normativas. Estas organizaciones también se encargan de otorgar el sello de producción orgánica. No hay una única entidad que se ocupe de estas tareas, cada país o conjunto de países cuenta con sus propios organismos (tanto gubernamentales como privados).

Para que una finca pueda obtener la certificación debe cumplir con requisitos muy rigurosos. Entre ellos se encuentran:

  • No utilizar fertilizantes ni pesticidas artificiales.
  • Utilizar abonos 100% orgánicos.
  • Las parcelas de tierra tienen que estar libres de pesticidas y abonos sintéticos por al menos tres años.
  • Control natural de plagas.
  • Rotación de cultivos.
  • Conservación de la biodiversidad.
  • Plantaciones de árboles y arbustos que ayuden al control natural de la tierra.
  • Cultivo a la sombra, provista por árboles beneficiosos.
  • Especial cuidado a que no haya contaminación cruzada (en caso de que la misma finca tuviese parcelas de café orgánico y otras no orgánicas).

Además, las certificaciones también exigen un pago justo a los empleados y óptimas circunstancias laborales. También tienen muchos programas para erradicar el trabajo infantil y mejorar la calidad de vida de los caficultores. Por eso muchas veces se asocia la certificación orgánica con el comercio fair-trade, aunque no son lo mismo.

sacos de cafe verde

Situación en pequeñas fincas

El problema es que obtener una certificación no es sencillo. Requiere una gran inversión inicial, ya que se necesitan múltiples inspecciones y la cobertura de los auditores certificados.

Pasada la primera inspección la organización a cargo puede determinar que la finca está apta y otorgarle el sello, o solicitar que se realicen modificaciones en algún sector de la finca.

En ese caso se otorga un plazo determinado para solucionar lo que haga falta. En otros casos el auditor puede dictaminar que la finca no es apta o no tiene las condiciones para obtener la certificación. Todas estas situaciones conllevan importantes gastos para los productores.

Finalmente, se debe cubrir una cuota anual que puede resultar muy elevada para algunas empresas pequeñas. Una de las estrategias actuales para proteger a los caficultores es aplicar una cuota extra a los compradores de café verde para costear la certificación. Aún así en algunos entornos obtener esta sello no es una prioridad, ya que los caficultores enfrentan conflictos sociales, económicos y de infraestructura más urgentes.

Una gran cantidad de fincas trabaja bajo los estándares de producción orgánica desde sus comienzos. Las zonas donde crece el café tienen la ventaja de constituir ecosistemas muy ricos y diversos.

En muchos casos las fincas están ubicadas en sectores montañosos o selváticos de difícil acceso, por lo que no suelen ser espacios que se presten a la explotación masiva del terreno. Muchos agricultores han heredado la labor de generaciones anteriores y comprenden el funcionamiento de la tierra. Es común que los pequeños productores no usen pesticidas sintéticos ya que sus precios son mucho más elevados, por lo que mantienen sus cultivos de forma natural.

El desafío que enfrentan los productores de menor escala es la transición al certificado orgánico, aunque ya cumplan con la mayor parte de los requerimientos. Es importante que existan políticas que brinden ayuda y hagan más accesible la obtención de estas certificaciones. Tanto en términos económicos como en la instrucción y facilitación de los procesos de admisión.

Cuántas más fincas puedan vender su producto como orgánico mejor será su posicionamiento en el mercado, lo cual generará mejores ganancias y el reconocimiento por su trabajo.

Antes de descartar un café por no poseer la certificación deberíamos informarnos un poco más sobre su origen y su contexto. Es probable que con un poco de investigación veamos que en esa región se usan sólo pesticidas naturales y se emplea una cosecha sustentable, aunque no hayan sido certificados, como es el caso de la mayor parte de la producción cafetera de Perú.

Sustentabilidad

El impacto de la industria agrícola en el ecosistema es innegable. La deforestación, el uso del agua, entre otros elementos, contribuyen a numerosos problemas a mediano y largo plazo. Apostar por una agricultura ecológica contribuye enormemente a la preservación del medio ambiente.

Entender cómo funciona el suelo y qué cosas lo benefician da la posibilidad de promover cultivos de forma natural, aprovechando los medios sin necesidad de utilizar prácticas agresivas. Estudiar las características de cada región permite adaptar un enfoque climáticamente inteligente que mejore la productividad y la eficiencia de las fincas, al mismo tiempo que protege las plantaciones ante los cambios climáticos.

cerezas de café

Es muy importante que los caficultores tengan acceso a programas de educación en estos aspectos. El uso correcto de los recursos naturales favorece los niveles de producción, control y prevención de plagas y enfermedades sin recurrir a costosos pesticidas, beneficia la fertilidad de la tierra, genera menores pérdidas y mayor estabilidad a largo plazo.

También es pertinente mencionar que el uso de sustancias sintéticas resulta nocivo para los trabajadores de la tierra, tanto en el aire que respiran como en la contaminación del suelo y del agua.

Una elaboración orgánica promueve un cultivo sostenible desde las bases, ya que la filosofía detrás está en generar un ambiente en armonía con la naturaleza que le permita regularse por sí mismo.

La forma de cosecha no orgánica tiene el foco en la productividad y el rendimiento, pero no tiene los mejores efectos en un tiempo prolongado.

En cambio, un sistema ecológico brinda el escenario adecuado para que los propios minerales de la tierra den la fuerza suficiente a las plantas para resistir enfermedades y cambios climáticos, favorece la proliferación de insectos y animales benéficos como las aves que regulan las plagas. La rotación de cultivos y la plantación de arbustos y árboles específicos protege y enriquece la tierra. La presencia de árboles de sombra contribuye a la creación de un ecosistema en las fincas y evita que los rayos de sol puedan dañar el suelo.

Esto, acompañado de decisiones agrícolas inteligentes que aprovechen los recursos, como ser el agua de lluvia, la energía solar, la reutilización de la pulpa de café y del compost como fertilizante, la disposición de la siembra dependiendo del clima, entre otras variables, dan lugar a una estructura más eficiente que puede sostenerse en el tiempo.

Conclusión

Que un café no posea una certificación orgánica no significa que éste sea de menor calidad o perjudicial para la salud. Tampoco afecta necesariamente su perfil de sabor ni nos indica que vaya a tener menos atributos sensoriales.Pero sí nos da la seguridad de que se respetan todos los factores que comprenden a dicha certificación, con el esfuerzo y el trabajo que eso representa.

Es positivo que los tostadores locales apoyen a aquellos vendedores con un plan de producción ecológico (con o sin certificación). Esto demuestra el compromiso con el producto y nos acerca a reducir los impactos negativos en el ambiente.

Es inevitable que el café orgánico tenga un costo mayor, requiere de más trabajo y un cuidado muy exhaustivo. Pero también la recompensa es mayor y es importante que sea un trabajo reconocido y bien valorado en la sociedad, para seguir fomentando este tipo de prácticas.